Cómo evitar el desperdicio innecesario en la cocina

Soy de las que no me gusta tirar nada de comida y procuro aprovechar al máximo todo lo que compro, por lo que con el paso de los años he aprendido diferentes trucos para no crear tanto desperdicio. Algunos me los han enseñado, otros se me han ocurrido espontáneamente y algunos lo he visto online. Hoy quiero compartirlos contigo para que no tires dinero a la basura.

Según los últimos datos, en España en el año 2.020 se desperdiciaron 1.364 millones de kilos de alimentos, incluyendo productos sin utilizar y comidas preparadas. Las frutas, verduras, pan fresco, leche y lácteos fueron los comestibles que más se tiraron a la basura.

Como puedes ver, desperdiciamos mucha comida, pero si aprendemos a ser más sostenibles, esto puede cambiar, solamente tienes que adoptar nuevas costumbres.

Lo primero que tienes que hacer es organizar tu despensa y nevera. Coloca los productos con fecha de caducidad próxima delante para que no se queden olvidados en el fondo. La fecha de caducidad no es lo mismo que la de consumo preferente. La fecha de caducidad te indica hasta cuándo es seguro ingerir el alimento, mientras que la fecha de consumo preferente es simplemente una indicación de que pasado ese día el producto puede perder alguna propiedad o cualidad, pero sigue siendo apto para su consumo.

Recuerda hacer limpieza en la nevera al menos una vez a la semana para ver qué puedes aprovechar antes de que no haya más remedio que tirarlo a la basura.

Cuando vayas al supermercado, compra solamente lo que de verdad necesitas. Si te ayuda tener una lista, ¡perfecto! Hay miles de aplicaciones para el móvil creadas para este propósito. Trata de evitar los productos envasados en plástico (suelen ser en su gran mayoría ultra procesados) y recuerda llevar tus propias bolsas para la fruta y verdura.

¡Aprovecha las ofertas! Cada día son más los supermercados que ofrecen descuentos en productos que están a punto de caducar o que quizá no tienen un aspecto tan bonito. Estos alimentos no tienen nada de malo y si sabes aprovecharlos podrás ahorrar bastante en tu ticket de la compra.

Cosas que puedes hacer para sacarle partido a tus alimentos:

  • Las bananas que estén demasiado maduras, mételas en el congelador para hacer pan de banana o muffins. No te hará falta añadir endulzantes ya que al congelarlas se potencia su dulzor. Las cáscaras de banana son ideales como abono para las plantas. Introdúcelas en agua y deja en remojo un par de días. Después usa el líquido para regarlas
  • Las verduras que se reblandecen en la nevera, como el apio, pepino o zanahorias puedes meterlas en agua fría para que recuperen su textura.
  • No cortes con antelación las frutas ni verduras ya que de esta manera promueves su deterioro. Hazlo solamente si planeas congelarlas.
  • Las cáscaras de ciertas verduras y frutas pueden ser aprovechadas. Por ejemplo, sumerge las cáscaras de cualquier cítrico en vinagre de limpieza para que sus aceites esenciales se desprendan y ayuden a desinfectar y aromatizar tu hogar. Las peladuras de las patatas, manzanas, zanahorias, etc. se convierten en ricos chips cuando las rocías con aceite de oliva, especias al gusto y horneas hasta que estén crujientes (asegúrate de que estén limpias y si es posible que procedan de agricultura ecológica).
  • Los tallos y hojas de las zanahorias, remolachas, nabo pueden usarse en ensaladas, sopas, batidos, encurtidos, salsas, purés y cremas. Son altamente nutritivas y poseen un sabor intenso.
  • Los troncos del brócoli y la coliflor, aparte de ser muy ricos en vitaminas y minerales son excelentes para rallar y usar como sustituto del arroz o el cuscús. También puedes preparar ricos purés y congelarlos para esos días de frío en los que se antoja algo calentito.
  • No deseches las hojas verdes del puerro o los tallos de las cebolletas. Son perfectos para hacer caldo de verduras junto con los demás restos que generas cuando cocinas tales como las cáscaras de cebolla, puntas de calabacín, hojas de alcachofa, ramitos de hierbas aromáticas (perejil, albahaca, etc.) y los antes mencionados tallos de brócoli, coliflor o las cáscaras de patata, zanahoria, etc. Guárdalos en un contenedor en el congelador (previamente lavados y limpios de toda suciedad) y cuando tengas suficientes ponlos a cocinar durante horas a fuego bajo para obtener un rico y nutritivo caldo de verduras.
  • Con los huesos de carne y pollo puedes hacer algo similar. Congélalos y cuando tengas bastantes cocínalos a fuego bajo junto con alguna verdura y hierbas aromáticas (ajo, cebolla, zanahoria, tomillo, orégano, etc.) y obtendrás como resultado un saludable caldo de huesos.
  • El pan que no vayas a usar, córtalo en rebanadas, mételo en una bolsa y al congelador. Cuando quieras una tostada o hacerte un sándwich, tuéstalo y disfrútalo. También puedes rallarlo y usarlo para rebozar todo tipo de ingredientes. Si quieres ser bueno con la naturaleza, dáselo a los pajaritos que estarán encantados de comérselo.
  • Los trozos de queso que se resecan (pero que no tienen hongos) son ideales para rallar e incorporar a tus platos. También puedes añadirlos a sopas para agregar sabor.
  • Las cubiteras de hielo son perfectas para evitar desperdicios en la cocina. Puedes congelar restos de café para preparar smoothies o café helado en verano. Si tienes hierbas aromáticas frescas que no vas a usar, rellena una cubitera con aceite de oliva y repártelas en cada división. Cuando tengas que preparar un guiso, coge un cubito y añádelo. Puedes hacer algo similar con las frutas, esta vez usando agua en vez de aceite. Úsalas para enfriar tus bebidas en verano o preparar smoothies.
  • El café molido ya usado es un excelente abono para las plantas. Espárcelo en tus macetas ocasionalmente y verás como tus plantas lo agradecen. También puedes dejarlo secar y posteriormente usarlo como exfoliante corporal en la ducha. Aparte de suavizar la piel, su aroma te revitalizará.

Evitar el desperdicio en la cocina no es tan difícil si usas estos trucos y utilizas tu imaginación. Con estos tips no solo ahorrarás dinero y podrás sacarle provecho a casi todo lo que compras, sino que también contribuyes a disminuir el procesamiento de desperdicios, otro factor más de la contaminación que nos rodea.

Escríbeme, estaré encantada de leer tus palabras.

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