Comiendo en familia

Comiendo en familia

La vida moderna es caótica para muchas familias, todos tenemos diferentes horarios, que si las clases de ballet, que si el inglés, ir al dentista, etc., todo esto sumado al trabajo que se acumula en casa hace difícil que toda la familia se pueda sentar junta a comer los días de la semana.

Esta es triste realidad en muchos hogares, cada cual come a su hora, rápido y corriendo. Solamente en ocasiones especiales como cumpleaños, festivos o domingos familiares cuando, con suerte, toda la familia se reúne a comer.

Personalmente pienso que lo más importante de las comidas familiares son los recuerdos que se quedan en tu mente y el amor con el que se preparan los alimentos.

¿Por qué nos gusta tanto la comida que prepara mamá?

Porque la prepara con amor y comerla nos hace sentir que somos niños otra vez, volver a esos momentos gratos que se quedaron en nuestra memoria y despreocuparnos de las cosas que hoy nos quitan el sueño. La comida esta para disfrutarla, saborearla y compartirla con la mejor de las compañías, tu familia.

Aquí tienes 8 razones por las que debas considerar reunir a toda tu familia en la mesa para compartir una rica comida. No importa si no lo logras todos los días, al fin y al cabo, como dije al principio, la vida moderna es complicada y a veces es imposible que todos estén presentes.

Basta con que lo logres un par de días, poco a poco se irá convirtiendo en una costumbre que todos disfrutarán y que ocurrirá de manera automática, pero para que esto suceda, como con todo lo que queremos que se vuelva un hábito, hay que empezar.

1- Comunicación.

Siempre se ha dicho que la conversación es lo mejor de la comida familiar. Charlar crea un ambiente propicio a establecer lazos estrechos entre todos los miembros de la familia. Con estas conversaciones puedes aprender hechos importantes del día a día de tus hijos y es un momento idóneo para darles toda la atención que tanto se merecen.

2- Buenos modales.

La comida familiar es un momento propicio para enseñarle a tus hijos los buenos modales que tanta falta les harán en su vida adulta. Todo esto se puede hacer de una manera divertida y sin tener que ser tan exigente, la idea es pasar un buen rato en familia disfrutando de una rica comida y aprendiendo a cómo comportarse en la mesa.

3- Probar nuevos alimentos.

Esta es quizá la parte que más estresante de las comidas familiares, hacer que tus hijos prueben nuevos alimentos o platos. Esta tarea no tiene por qué ser estresante ni generar ansiedad. Una de las cosas que como padres tenemos que entender es que las papilas gustativas de los más pequeños experimentan con más intensidad todo tipo de sabores.

Es por eso que les encanta todo lo dulce, unido al hecho de que el cerebro interpreta este sabor como energía rápida de asimilar, algo que el cuerpo busca cuando se es joven. Sin embargo el dulce es altamente adictivo y es por eso que hay que controlarlo en la medida que sea posible. Introducir nuevos alimentos en la dieta de un niño puede tomar de 8 a 12 intentos y esto ha de hacerse con paciencia (que a veces es fácil perder) y de manera divertida.

Trata de introducir alimentos de otras culturas y países y aprovecha la oportunidad para que aprendan algo nuevo de ese nuevo lugar. Al hacer la compra en el supermercado, deja que tus hijos elijan un nuevo alimento, ya sea una fruta o vegetal (eso sí, nada que sea ultra procesado, solo alimentos frescos y saludables).

La presentación de los alimentos es también algo muy importante, acuérdate que la comida entra por los ojos también. Si tus hijos son pequeños, utiliza la creatividad y decora de manera divertida sus platos, de esta manera los alimentos tendrán mejor aspecto y será más fácil que los prueben.

4- Control de las porciones.

No es ningún secreto el decir que las porciones de comida han ido aumentando de tamaño en las últimas décadas. Esto ha contribuido a un aumento de la obesidad, tanto infantil como adulta, lo que tiene consecuencias graves para la salud poniéndonos en riesgo de sufrir de hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, trastornos hormonales, etc.

Es cada día más común ver casos de niños con índices altos de colesterol y diabetes, algo que hace años no era frecuente. Comiendo todos en casa de manera frecuente se pueden controlar las porciones con más facilidad evitando así los excesos que tanto daño hacen.

5- Aprender a cocinar.

Preparar tus comidas en casa es la mejor manera de que tus hijos aprendan desde pequeños a ver cómo se cocinan los alimentos. A partir de cierta edad tus hijos pueden ayudarte con algunas tareas en la cocina como partir la lechuga, pelar mandarinas o plátanos, poner la mesa, recoger los platos o incluso contribuir a preparar la lista de la compra semanal.

Todo esto son cosas que en un futuro les serán de gran utilidad dado que aprenderán a tener obligaciones que cumplir, trabajar en equipo, ser organizados y sobre todo a poder prepararse un plato de comida sin tener que recurrir a restaurantes o ultra procesados.

6- Mejor comportamiento y salud mental.

Un estudio realizado por el Centro Nacional sobre Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia (CASA por sus siglas en inglés) indica que compartir al menos 5 comidas en familia está asociado con un menor consumo de drogas, tabaco y alcohol entre los adolescentes.

También existen estadísticas que muestran que los niños que han sido criados en hogares donde se come en familia son, en el futuro, personas menos propensas al suicidio, depresión (JAMA Pediatrics) o incluso desórdenes alimenticios (Asociación Nacional para la Anorexia Nervosa y Desórdenes Asociados, ANAD por sus siglas en inglés).

Esto es debido a que al compartir comidas en familia muchos de los primeros síntomas de estos desordenes pueden ser apreciados y tratados de manera temprana y correcta.

7- Ahorro de dinero.

Ya se sabe, comer en casa es siempre más barato que ir a un restaurante, de eso no hay duda. Además del ahorro monetario existe otro beneficio, la comida preparada en casa es mucho más nutritiva.

Varios estudios indican que los niños que comen alimentos preparados en casa usando ingredientes frescos ingieren una mayor cantidad de vitaminas, minerales y nutrientes que aquellos que comen fuera o se alimentan de productos altamente procesados.

Puede que estés pensando que cocinar todos los días es una tarea para la cual no tienes tiempo, pero si te organizas bien y practicas el ya famoso “batchcooking” (cocinar un día para comer los 6 restantes) esto ya no será un problema. Existen páginas web dedicadas exclusivamente al “batchcooking” de donde podrás sacar ideas saludables para poner en práctica.

8- Comer juntos es divertido.

Reunir a todos para comer puede llegar a ser una experiencia muy agradable y divertida. Un día puedes comer con palillos, otro día puede ser pizza night, puedes comer en el balcón si el clima te lo permite, decorar la mesa con diferentes adornos según la festividad o preparar una noche temática….las opciones son infinitas y todo depende de tu imaginación.

Escríbeme, estaré encantada de leer tus palabras.

Escríbeme, estaré encantada de leer tus palabras.